Sin hoja ni ruta

Desafortunadamente, una de las características de nuestra democracia en los últimos períodos presidenciales ha sido decir una cosa en campaña electoral y hacer otra cuando se llega al gobierno. Ollanta Humala ganó su prestigio como candidato señalando que iba a terminar con la continuidad neoliberal y hacer en el gobierno lo que decía en la campaña.  Como es público y notorio el entusiasmo le duró poco y regresó a los pocos meses al redil de la continuidad. A propósito de esto les presentamos la trayectoria de la famosa Hoja de Ruta, documento que debería haber guiado la labor de su gobierno.

Entre la primera y la segunda vuelta de las elecciones de 2011, el entonces candidato presidencial Ollanta Humala ajustó su táctica electoral para lograr la mayoría necesaria de más del 50% de la votación y ganar las elecciones generales.  Entre otras acciones esto supuso ampliar su arco de alianzas hacia el centro y la derecha liberal y proponer un programa de consenso al que se denominó mediáticamente la Hoja de Ruta. Asimismo, el gabinete que juramentó el 20 de julio de 2011, encabezado por el Ing. Salomón Lerner Ghitis, asumió explícitamente la Hoja de Ruta como su programa.

La primera respuesta de la derecha neoliberal fue que se estaba dejando el programa original, denominado La Gran Transformación y que se asumía uno nuevo, que no pretendía cambios en el modelo económico, denominado la Hoja de Ruta. Nada más falso. Es ese momento el propio Humala señaló que la Hoja de Ruta no era sino la concreción del programa de La Gran Transformación en una nueva situación política. De igual forma se expresaron el jefe de campaña y luego Presidente del Consejo de Ministros Salomón Lerner y el jefe del Plan de Gobierno Dr. Félix Jiménez. En estas condiciones se inició el gobierno del Presidente Ollanta Humala y entre julio y diciembre de 2011 la labor del gobierno estuvo conducida por la Hoja de Ruta. 

Cuando se produce la renuncia del gabinete Lerner, en diciembre de 2011, y el sucesivo viraje a la derecha del gobierno de Humala, se abandona también la Hoja de Ruta y por supuesto el programa original de referencia que es La Gran Transformación. Así, la derecha neoliberal había cumplido su objetivo recapturando el control del gobierno que había perdido por escasos cinco meses. Sin embargo, los funcionarios gubernamentales y el propio Humala han continuado diciendo que el documento que guía al gobierno es la Hoja de Ruta, cosa que cada vez tiene menos que ver con la realidad. 

¿Por qué razón el gobierno de Humala e incluso importantes medios de comunicación insisten en que se está cumpliendo con la Hoja de Ruta? Porque necesitan darle a un gobierno crecientemente debilitado alguna legitimidad frente a sus votantes, a los que, en la práctica, se ha abandonado.  Por ello es que en Otra Mirada  decidimos dedicar nuestro suplemento No. 32 al análisis del cumplimiento de la Hoja de Ruta, que, como se puede observar en detalle en las siguientes páginas, es mínimo y en la mayoría de los casos negativo.

Sin embargo, siguiendo nuestro mandato de siempre ofrecer alternativas, terminamos  señalando algunas medidas que permitirían retomar el camino y empezar a cumplir con las promesas de la campaña electoral.  Más allá de la eficacia de nuestro consejo, es bueno establecer el contraste y saber lo que se podría hacer si hubiera consecuencia política y lealtad con los ciudadanos.

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