La razón debe imponerse, no la fuerza

Estamos ad portas de una decisión de la Corte Internacional de La Haya sobre la delimitación territorial marítima entre Chile y Perú. En materia de semanas se entra a la fase oral y se espera que se tome una decisión hacia julio del 2013.

La postura del Perú ha sido no solo apropiada sino serena y al mismo tiempo firme. Al conocer las pretensiones de Chile de considerar su territorio marítimo ampliado con una proyección que le da ventaja, al constatar que consideran inconsulta y arbitrariamente que el hito de La Concordia en la costa de Tacna cambia de dirección y le permite ocupar un pequeño triángulo para justificar su proyección, en fin, al ocupar esos territorios; la posición del Perú ha sido tratar este diferendo por la vía diplomática.

Primero intentó el diálogo directo por medio de las cancillerías y ante la negativa de Chile el Perú llevó el caso a la Corte Internacional, anunciando que acataría la decisión sea cual fuere por considerar su posición justa y razonable.

A partir de ese momento el Estado peruano adoptó una política de “cuerdas separadas”, dejando por un lado se defina el diferendo por mediación internacional al mismo tiempo que mantenía las relaciones económicas. Esta postura, y la continuación de las tendencias de inversión y de comercio entre los dos países, han permitido que continúen coexistiendo pacíficamente.

Esta continuidad de relaciones económicas  indica que la interdependencia lograda a pesar de que ocurre una mayor inversión chilena en el Perú, ventaja que se ha reducido algo en los últimos años debido a inversiones como las del grupo Brescia en grandes empresas chilenas, hace pensar a los grupos de poder sureños que el mercado peruano le es demasiado importante en sus proyecciones futuras como para arriesgarlo con una postura ultranacionalista en caso de que la Corte Internacional adopte una decisión que obligue a un repliegue chileno.

En paralelo, las sociedades civiles de ambos países, intelectuales y expertos principalmente, han tomado iniciativas de diálogo para evitar que el clima se polarice y se tomen decisiones unilaterales.

Diversos indicios, entre los cuales destacan declaraciones recientes de políticos, intelectuales y expertos chilenos, indican que Chile comienza a prepararse para un posible desenlace que no satisfaga sus posturas maximalistas.  Por lo mismo, se aprestan a controlar una posible reacción militarista o una postura de “defender nuestro territorio” a pesar de que el Perú no reconoce estas aspiraciones maximalistas.  De ser así, Chile estaría en una posición internacional cada vez más aislada.

A diferencia de 1879, sea cual fuere la decisión de La Haya, esta vez el debate y la consideración de cualquier alternativa debe ser objeto de un debate público entre todos los países. Todos los sectores pensantes u organizados, sean empresariales o populares,  tienen el deber de manifestarse, lo que también ahora implica, llevar posiciones y planteamientos a los distintos escenarios internacionales, incluyendo el de Chile.  La razón debe imponerse, no la fuerza.

Añadir nuevo comentario

CAPTCHA
Esta pregunta se hace para comprobar que es usted es o no una persona real e impedir el envío automatizado de mensajes basura.
Image CAPTCHA
Enter the characters shown in the image.