¿Modernizar a la izquierda?

Verónica Ferrari

En las últimas semanas, se han planteado una serie de sugerencias y consejos hacia la izquierda en un contexto en que esta se juega su lugar en la administración política de Lima. Estas críticas y recomendaciones correspondientes a los equipos de estrategia de campaña se han vuelto un importante tema de agenda, ocupando incluso más tiempo y páginas en los medios que la represión violenta a pobladores de Kañaris y otros casos que deberían ser temas de debate tan intensos como este.

Por un lado, algunos proponen que la izquierda y los liberales deben unirse, pero no solo en este contexto revocatorio en el que ya están aliados, sino a largo plazo, por lo menos hasta que “las instituciones democráticas estén bien arraigadas en el Perú”. Otros dicen que el error de la izquierda es que no sabe leer lo que la masa quiere, piensa, anhela, que estos intereses no están en el ámbito de lo moral o inmoral ni en el de la decencia y la corrupción, sino en asuntos más pragmáticos, en el día a día, en escaleras, pistas, parques, y nada más. Repiten constantemente –y con tono de descubrir la pólvora– que esa es la masa que la izquierda aún no puede leer porque sigue imaginando que esta masa es crítica, revolucionaria, transgresora, lúcida, cuando lo que hace tiempo tenemos es un “rational cholo” caracterizado por el individualismo y la apatía política.

También le dicen a la izquierda que se modernice, que se acerque a los liberales, que nunca quede mal con nadie, que se vuelva pragmática, que coquetee con el libre mercado y que destierre a sus caudillos, a los cuales además se les dice inconsecuentes, incoherentes, radicales de pacotilla que cuando asumen el poder se vuelven los ‘chicheñós’ que tanto criticaban.

Pero si se asume a la izquierda como lo antimoderno por antonomasia, ¿es la derecha lo realmente moderno?, ¿el PPC y el Fujimorismo son modernos?, ¿es el Partido Aprista Peruano (que no es de izquierda ni de derecha ni de centro, que no sabemos qué es) la representatividad de lo moderno en el Perú?

Sabemos que el Apra es el adalid de la corrupción, que la esencia del Partido Popular Cristiano son sus ideas conservadoras (sobre todo en el campo de los derechos sexuales y reproductivos) y que el Fujimorismo representa el autoritarismo, pero a estos partidos no se les cuestiona. ¡Son indudablemente modernos!: siempre prestos a vender al Perú al mejor postor, siempre dispuestos a recortar derechos de la población con tal de fortalecer e imponer los derechos de los inversionistas, tengan la cara que tengan, vengan como vengan.

Además, ¿realmente la izquierda no sabe leer los intereses de los electores individualistas y apáticos? En las últimas tres elecciones (municipales 2010, primera vuelta 2011, segunda vuelta 2011), es la derecha la que ha perdido en Lima y en el Perú. Parece ser que quien no supo ni pudo leer los intereses de la mayoría fueron justamente aquellos que hoy se dedican a dar clases de estrategia política.

Tal vez la izquierda no haya logrado aún cristalizarse en partidos políticos fuertes, pero lo último que necesitamos es que nos sigan diciendo cómo debe ser y qué debe hacer la izquierda, aceptando tácitamente el lugar subalterno y marginal en el que se nos coloca constantemente. Necesitamos una izquierda fuerte, una izquierda que se siga construyendo desde abajo, una izquierda que no venda sus ideales al mejor postor, que no se olvide nunca de lo que la población espera, abierta al debate, al disenso, a las ideas opuestas, a las contradicciones. Pero necesitamos, sobre todo, una izquierda que de una vez por todas abandone el derrotero que la ha acompañado y asuma el rol central e importante que tiene, pues no por nada se la está intentando sacar de la alcaldía de Lima de la forma más nefasta.

Publicado el Lunes 04 de febrero en Diario 16

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