Nuestra mirada sobre el ascenso de Milei

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El equipo de Le Monde diplomatique

En Le Monde diplomatique comenzamos a analizar muy tempranamente, bastante antes que otros medios, la posibilidad de un ascenso de la extrema derecha en Argentina. No porque dispongamos de una especial cualidad predictiva (no somos futurólogos), sino porque editamos una publicación internacional, muy conectada con las tendencias globales y latinoamericanas, donde este tipo de fenómenos hace rato son una realidad. En efecto, acabamos de publicar el libro La extrema derecha en América Latina que recoge la emergencia de este tipo de fenómenos en la región.

Tan pronto como en septiembre de 2020, todavía en medio de la cuarentena y los barbijos, publicamos un dossier, El odio como arma política, que incluía un artículo de Daniel Feierstein, “Ofensiva fascista”, donde el sociólogo, uno de los grandes especialistas argentinos en estudios sobre el genocidio, desarrollaba algunas de las ideas contenidas en su libro La construcción del enano fascista, cuya primera edición habíamos publicado unos meses antes. La tesis de Feierstein es que el fascismo es, además de una experiencia histórica, una práctica: un líder que instrumentaliza el sentimiento de frustración de un sector amplio de la sociedad contra un grupo débil (los judíos, los inmigrantes, los que viven del Estado, los planeros). Acá podés ver las tapas del libro de Feierstein, en la versión actualizada, y de otro libro que lanzamos en esa misma época, Neofascismo, con artículos de Chantal Mouffe, Judith Butler y Noam Chosmky, entre otros.

Retomamos el tema en el número de Le Monde diplomatique de marzo de 2021. Nos preguntamos por el modo en que la derecha extrema había ido logrando persuadir a un sector cada vez más grande de la sociedad. El poder de la derecha cultural titulamos el dossier que contenía, entre otras, una nota en la que Pablo Stefanoni, uno de los primeros intelectuales en ocuparse de las extremas derechas en el mundo, analizaba los contornos de esta “revolución reaccionaria”, mientras que el editorial de José Natanson estaba dedicado a reseñar un libro clásico que habíamos rescatado y reeditado para la ocasión: La retórica reaccionaria, de Albert Hirschmann.

Milei aún era un excéntrico panelista televisivo y no era fácil ilustrar un tema que, aunque obviamente gravísimo, todavía no había encarnado en una persona, así que recurrimos a los cuervos. Nos gustó la idea y luego usamos el mismo recurso para otras tapas. En septiembre de 2021, cuando Milei ya había sorprendido en las elecciones legislativas, usamos unas víboras, en una edición sobre la anti-política que incluía un artículo de María Esperanza Casullo y otro de Ezequiel Ipar, politólogo argentino que dirige un proyecto de investigación sobre “nuevos autoritarismos” y que puso la lupa en uno de los aspectos más notables de este tipo de propuestas: el ataque a la igualdad. Cerramos el ciclo zoológico con otro dossier, El veneno de la conspiración, ilustrado con escorpiones: el eje, desarrollado a partir de un artículo de Ignacio Ramonet, era la retórica conspiranoica y complotista que a menudo caracteriza los discursos de la ultraderecha. Organizamos, además, un curso de cuatro encuentros con Feirestien y Stefanoni, disponible aquí para quienes quieran profundizar el tema.

A esa altura, Milei no era un fantasma difuso ni una curiosidad política sino una amenaza cada vez más concreta. En junio de 2022 le dedicamos la tapa con el título: El peligro avanza. José Natanson publicó un editorial (“Esto no puede pasar aquí”) advirtiendo la posibilidad en absoluto disparatada de que el libertario ganara las elecciones, Ignacio Ramírez y Javier Cachés analizaron a Milei como el “signo de una época” y Ezequiel Saferstein describió cómo los libros políticos de alta venta alimentaron la tendencia. Allí publicamos el primer artículo de Pablo Semán y Nicolás Welschinger, que luego circularía muchísimo, con un abordaje totalmente novedoso: entender a Milei no desde Milei, sino desde sus votantes. ¿Quiénes y por qué lo apoyan?

Como el crecimiento de Milei no se detenía, este año le dedicamos otras dos tapas. La primera buscaba responder a una pregunta que nos atormentaba: ¿Por qué la derecha conquista a los jóvenes? La segunda se centraba directamente en la agenda libertaria: dolarización y libre portación de armas.

Así llegamos al domingo del shock. El triunfo de Milei confirmó nuestros peores pronósticos. El lunes a la mañana subimos a la web una nota de José Natanson y otra de Fernando Rosso con las primeras impresiones sobre el resultado y, por la tarde, organizamos un encuentro virtual con seis analistas. Pero seguimos en shock. Igual que muchos argentinos, incluyendo probablemente al mismo Milei, no estábamos preparados anímicamente para lo que pasó. Pero sí –y esto lo descubrimos rápido– estábamos preparados analíticamente: como lo confirma el breve recorrido que acabamos de hacer, abordamos el fenómeno desde una gran cantidad de ángulos diferentes. Retomando el comienzo de este mail, la elección del domingo es la manifestación local de una tendencia global, y confirma la importancia de contar con una publicación capaz de mirar más allá de nuestras fronteras.

Publicado en El diplo