Acaparamiento y libertad de prensa

Por: 

Fernando de la Flor A.

Acaba de publicarse el libro ¿Puede acapararse la libertad? Libertad de expresión y concentración de medios en el Perú, editado por la Universidad Católica (PUCP).

Se trata de un conjunto de ensayos de diversos autores, quienes desde diferentes ópticas, analizan el fenómeno de la concentración de medios producida en el país a propósito de la compra de EPENSA por parte del Grupo El Comercio. Como se conoce, dicha operación ha significado que un solo grupo empresarial consolide alrededor del 80% de la circulación de la prensa escrita en el país. Esto sin considerar la presencia del mismo grupo El Comercio en el control de América TV Canal 4, hoy por hoy el más importante canal de televisión de señal abierta, sin incluir el control que también tiene sobre Canal N de señal por cable.

Si hay una coincidencia de todos quienes analizan el tema es la necesidad de abrir un debate serio y alturado sobre el fenómeno. No se trata de descalificar, de antemano, a quienes pudieran plantear una posición discrepante respecto de la operación –como lamentablemente ha venido sucediendo hasta el momento – sino de cotejar argumentos de un lado y del otro, sopesarlos e intentar buscar una regulación aceptable que evite lesionar la fundamental libertad de acceso a una información veraz, objetiva  y oportuna, y a la libre expresión de las ideas.

La relación que los medios de comunicación han tenido en nuestro país, especialmente la prensa escrita, no ha sido necesariamente pacífica ni ejemplar. Repasemos la historia reciente: durante el régimen militar de los años 70 del siglo pasado, se produjo el despojo de la prensa escrita y como consecuencia de ello un severo recorte a la libertad de expresión. La información quedó circunscrita a los denominados parámetros de la revolución peruana y  la libertad de opinar fue seriamente limitada. 

No obstante –es preciso decirlo – como una salida política al gobierno militar, se instaló una Asamblea Constituyente que aprobó la Constitución del año 1979. En dicha Carta se recogió el principio de que no podía haber exclusividad, monopolio, acaparamiento, directo ni indirecto, del Estado ni de particulares, en los medios de comunicación cualquiera sea su naturaleza: prensa escrita, radio y televisión. Con esa disposición fue que terminó la intervención directa del Estado en los medios de prensa.

Durante el régimen del fujimontesinismo, a pesar de la prohibición constitucional anotada, que se reprodujo en la Carta Fundamental del año 1993, se llevó a cabo la llamada intervención encubierta sobre la prensa escrita. Este fenómeno, indecoroso y repudiable, se concretó en la compra   –literalmente – de la línea editorial de los medios de comunicación, incluyendo la prensa escrita.  Los tristemente célebres vladicontratos son el ejemplo más elocuente de ese despropósito. 

Guardando las distancias y las formas, ahora, el libre mercado ha producido el fenómeno de la concentración que ha dado mérito a la publicación del libro de que tratamos. 

En efecto, invocando la libertad de contratación, reconocida constitucionalmente, se ha concretado la adquisición de EPENSA por parte del Grupo El Comercio. Quienes sostienen que esa operación es legalmente inobjetable señalan que no hay, ni puede haber, acaparamiento en el ámbito de la prensa escrita, pues no existen barreras de acceso al mercado. Cualquiera puede fundar un periódico y circular libremente, sin ninguna limitación.

Sin embargo, quienes observan la compra señalan que haber concentrado más del 80% de la circulación de la prensa escrita, conlleva un acaparamiento constitucionalmente no tolerado. Entiéndase acaparamiento como adquirir cosas propias del comercio en cantidad superior a la normal u obtener todo o gran parte de un género de cosas.

Además – agregan – cuando hay un conflicto de principios constitucionales, en este caso la libertad de contratar y el libre acceso a una información veraz, oportuna y objetiva, aplicándose el test de proporcionalidad, debe privilegiarse el bien superior al de menor rango. Para el caso, el derecho a ser informado y a expresarse libremente, antes que el de dos empresas privadas que puedan contratar entre sí respecto de bienes que implican valores superiores socialmente hablando. 

El debate está abierto, en todo caso, y hace bien la Universidad Católica en promoverlo con este interesante libro, que recoge opiniones diversas, y hasta encontradas, sobre un tema de por si fundamental, pues tiene que ver con las libertades que le dan sentido a la vigencia del sistema democrático en nuestro país. 

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