Plebiscito por la paz en Colombia, adiós a las armas

Por: 

Gonzalo García Nuñez

El domingo 2 de octubre habrá un  plebiscito en Colombia sobre el acuerdo de  paz  entre Gobierno y las FARC-EP. Millones de  ciudadanos han sido convocados a las urnas para dirimir sobre el  fin de la guerra. El Sí  recoge a la fecha  el 72 % de las simpatías, 44 puntos por encima del voto por el No. Hay todavía un núcleo recalcitrante, el Uribismo y el conservador  Pastrana, unos 28 % de reacios encuestados por una medición de la opinión pública. 

La gran mayoría de los latinoamericanos saludamos, este “Acuerdo General para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera”, suscrito el 24 de Agosto por los negociadores de ambas partes. Será eficaz cuando sea refrendado por el voto popular. De allí la extrema importancia de la consulta plebiscitaria convocada por el Presidente Santos y ratificada por el  Congreso Nacional Colombiano. 


 
Esta consulta se  hará mediante el voto universal, voluntario, directo y secreto del pueblo. Las FARC-EP han realizado el domingo 21 de setiembre su último congreso nacional en el Caguan, una zona cercana a la frontera con el Perú. Allí sus mandos y directivos han aprobado dicho convenio por unanimidad. 

De aprobarse el plebiscito  habrá  culminado la etapa más difícil del proceso de paz que comenzó de modo exploratorio entre el 23 de febrero y el 26 de agosto de 2012;  continuó luego en Oslo, capital del Reino de Noruega y culminó en La Habana-Cuba, bajo los buenos oficios de los representantes de  Chile y Venezuela. Y el aliento esperanzado de toda América que pugna porque la paz llegue al entrañable Macondo del país de  cien años de soledad. 

¡Cómo no congratularse de este logro extraordinario obtenido por pacientes y complejas negociaciones después de medio siglo de violencia y combate! Este dialogo histórico abre curso al cese de fuego definitivo y el fin de los enfrentamientos que causaron la congoja de los latinoamericanos. 

El principal beneficiario de este acuerdo es el pueblo de a pie de Colombia de sus derechos ciudadanos y del respeto a las  instituciones democráticas. Victoria de sus trabajadores,  juventudes y de todo el pueblo. 

La sociedad colombiana transitara un difícil camino al futuro. Debe plasmar un programa de grandes transformaciones políticas, económicas, ambientales  y sociales, para afianzar una  paz con justicia y libertad. Subrayo la importancia de la participación de la comunidad internacional. De sus organismos diplomáticos y observadores que acompañaron a las Delegaciones del Gobierno Nacional y de las FARC-EP  en  las negociaciones. 

Este cese al fuego fue firmado el 23 de junio en presencia del anfitrión, Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba. Y del Secretario General de Naciones Unidas, el Presidente de la Asamblea General de la ONU, el Presidente del Consejo de Seguridad de las NNUU, el Ministro de Relaciones Exteriores del Reino de Noruega,  y  de los Jefes de Estado de los países acompañantes, Chile y Venezuela, y de Jefes de Gobierno de los países de la región, el Enviado Especial del Presidente de los Estados Unidos de Norte América y del Representante Especial de la Unión Europea y del Reino de Suecia. 

¿Cuáles son los puntos principales? 

Además del extenso programa de cambios citado, transcribimos desde el original, un Convenio de “Garantías de seguridad y  lucha contra las organizaciones criminales responsables de homicidios y masacres o que atentan contra defensores de derechos humanos, movimientos sociales o movimientos políticos, incluyendo las organizaciones criminales que hayan sido denominadas como sucesoras del paramilitarismo y sus redes de apoyo, y la persecución de las conductas criminales que amenacen la implementación de los acuerdos y la construcción de la paz.”

Se comprometen, resumo, a darle prioridad a la política,  proscribir el uso de las armas y  lograr un consenso nacional sobre los valores democráticos, el libre juego de las ideas y el debate civilizado;  sin  intolerancia ni persecución. Estas son las  vigas maestras y garantías de no repetición del   enfrentamiento armado. El desarme es el plato fuerte. Se hará una hoja de ruta con los compromisos mutuos para dejar las armas a más tardar a los 180 días  de la firma del Acuerdo Final. Este debe preparar la  reincorporación de las FARC-EP  a la vida civil y sus instituciones. 

Para ello se crea  un Mecanismo de Monitoreo y Verificación tripartito: Gobierno Nacional (Fuerza Pública),  FARC-EP, y la ONU, que lo presidirá. Estará encargado de dirimir controversias, presentar recomendaciones, generar reportes, y especial de verificar  la  Dejación de las Armas en los términos y  debidas garantías establecidas en los protocolos del Acuerdo.

¿Cómo pasaran las fuerzas de las FARC-EP a zonas desmilitarizadas? 

A partir del día D+1, la Fuerza Pública facilitara el desplazamiento de las FARC-EP a dichas Zonas según el calendario trazado. El día D+5, las distintas misiones, comisiones y Unidades Tácticas de Combate (UTC) de los frentes de las FARC-EP se desplazarán hacia dichas Zonas, La salida de combatientes de las FARC-EP de los campamentos se hará sin armas y de civil. Seguirán  rutas convenidas entre las partes. Habrá 23 Zonas Veredales Transitorias de Normalización y 8 Campamentos que garantizan el Cese al Fuego. 

Esta es la primera fase de la reincorporación de las tropas de las FARC.EP a la vida civil. Lo hará  sin  chocar con las autoridades civiles no armadas de las zonas. Ni afectar la actividad l de las regiones, ni tampoco los derechos de las comunidades, las organizaciones comunales, sociales y políticas territoriales.

Los amnistiados y excarcelados podrán  integrarse a dichas zonas para reincorporarse en sitios de estadía fuera de los campamentos. Sin duda el tema de la amnistía es el que provoca mayor rechinar de dientes.

Un grupo de 60 hombres y mujeres, dice el documento, podrán movilizarse en todo el país en cumplimiento de tareas relacionadas con la Paz. Un grupo de 10 harán otro tanto en el nivel local, municipal y departamental, añade. 

En todos los casos tendrán el resguardo del Gobierno Nacional. En los campamentos no habrá ni podrá ingresar población civil. Si habrá capacitación en labores productivas, educación básica primaria, secundaria o técnica, según lo requieran los ex combatientes. Y jornadas de inscripción de identidad y demás actividades de preparación necesarias para facilitar el tránsito a la legalidad, puntualiza.

Cada Zona estará circundada por una franja de Seguridad territorial de un kilómetro donde no podrá haber unidades de la Fuerza Pública ni efectivos de las FARC-EP salvo los equipos de monitoreo y verificación acompañados de seguridad policial, asegura. Aquí hay un tema delicado por lo que Naciones Unidas, el Gobierno Nacional y las FARC-EP definirán conjuntamente los protocolos de seguridad que protejan, coordinen y monitoreo de las actividades terreno.

Por supuesto, el Gobierno Nacional, la Fuerza Pública seguirán garantizando las condiciones de convivencia y seguridad de la población civil durante este proceso.

ADIOS A LAS ARMAS

La dejación de armas es un proceso de mapeo “técnico, trazable y verificable”, reza el Acuerdo,  en el que la ONU recibe la totalidad del armamento de las FARC-EP. Dos tiempos en el calendario: Control de Armamento, y dejación de las armas, lo que conduce al registro, identificación, monitoreo y verificación de la tenencia, recolección, almacenamiento, extracción y disposición final de los fusiles. Se eliminaran también las minas antipersonal (MAP), artefactos explosivos improvisados (AEI), y municiones sin explotar (MUSE) o restos explosivos de guerra (REG) según  cronograma concertado. 

A más tardar el día D+180, Naciones Unidas, certificará y  dará por terminado el funcionamiento de estas Zonas y proclamara  el Cese al Fuego y de Hostilidades, Bilateral y Definitivo.

¿QUIEN DEFIENDE A QUIEN?

EL segundo gran tema es la protección y seguridad de las colectividades, los movimientos y organizaciones sociales y de derechos humanos en los territorios. Es evidente la necesidad de garantías para el ejercicio de  los derechos de  movimientos y partidos políticos, en especial a los opositores. Y sobre todo al que surja del tránsito de las FARC-EP a la legalidad. 

¿Por qué? 
Hay la dramática experiencia de la Unión Patriótica, diezmada, y cuya dirección fue exterminada una vez incorporados a la vida política en el intento anterior de paz. Por ello la importancia de la garantía de seguridad a los integrantes de las FARC-EP en proceso de reincorporación a la vida civil. Otro peligro son las organizaciones y conductas criminales, en particular del paramilitarismo.
 
IN FINE

Han hecho bien los negociadores al compartir los principios que guiarán a la seguridad concertada. 
Destaco el respeto a los derechos humanos, el fortalecimiento de  la administración de justicia, el enfoque de género. Y la rendición de cuentas, la participación ciudadana, las garantías de no repetición, el monopolio de la fuerza y la colecta del tributo por el Estado Nacional que abren pista para un pacto político nacional, la formación de una comisión nacional de garantías de seguridad, la adopción de la justicia transicional, la extirpación del paramilitarismo. 

El 2 de octubre vota Colombia.  

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El autor preside UNETE por otra democracia, coordinadora institucional de izquierda peruana, integrada por Fuerza Social, Ciudadanos por el Cambio, Voz Socialista, PCP y PC del P (PR).

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