Mismo discurso con escándalo en Cultura

El último mensaje presidencial ha dejado el sinsabor del continuismo. Fuera del desorden del mismo, fueron los temas silenciados e invisibles los más elocuentes en esta enumeración. Algunos analistas han ido incluso más allá y han señalado que se trató de un discurso casi calcado del enunciado por el presidente el año pasado, con lo cual, la sensación de “más de lo mismo” se hace más fuerte.

Sin embargo, el contexto es distinto. En las calles, a la par del discurso, se escuchaban las arengas de reclamo. Plaza San Martín era el escenario de aquel otro discurso, justamente, de aquellos temas silenciados en el enunciado en el Congreso. La crisis política, que tuvo el móvil detonante en la llamada “repartija”, se ha mantenido y ha logrado su cometido: anular la designación de cargos al TC, BCR y Defensoría del Pueblo.

No obstante, con las marchas ciudadanas ocupando la vitrina, se ha asistido a un cambio de ministros en tres carteras de manera disimulada. De los tres ministerios con nuevo titular, es el de Cultura el que resulta más interesante, toda vez que constituiría un cambio con agenda detrás. Una agenda que perjudicaría a los peruanos en conjunto, pero sobre todo a pueblos en aislamiento y contacto inicial.

En una nota publicada en Servindi, Vicente Otta explica las razones por las cuales el ex ministro Luis Peirano, el viceministro Paulo Vilca y Hernán Coronado, director de la Dirección General de Interculturalidad y derechos de los pueblos, habrían renunciado. ¿El gran obstáculo? La Resolución Viceministerial No 005-2013-VMI-MC, del 12 de julio del 2013, que habría sido desaparecida por presión del gobierno. Si bien fue publicada en el portal del Ministerio de Cultura el 15 de julio, fue retirada y no se encuentra, a la fecha, en ningún otro portal del Estado.

¿Qué sería lo incómodo en esta resolución?

Este documento formula 83 observaciones al “Estudio de Impacto Ambiental para la Ampliación del Programa de Exploración y Desarrollo e el Lote 88”. Estas observaciones deberían ser levantadas por la empresa, en este caso Pluspetrol, como condición para generar una nueva opinión técnica previa vinculante. Sin embargo, desaparecida la resolución, desaparecido este requisito.

Estaríamos entonces, ante un Estudio de Impacto Ambiental, aprobado al caballazo y, abiertamente inconcluso y perjudicial. El riesgo de que este documento sea aprobado sin considerar las observaciones pertinentes es que los pueblos indígenas en aislamiento voluntario  o contacto inicial que habitan la zona se encontrarán en riesgo y vulnerabilidad. Al gobierno, sin embargo, este tema no le resulta prioritario.

Es preciso recordar que el ministerio de Cultura al mando de Luis Peirano tenía también deudas pendientes, como lo fue la base de datos de las comunidades que tendrían derecho a ser adscritas a la Ley de Consulta Previa, base de datos aún guardada bajo siete llaves. Sin embargo, este último escándalo ha sido la gota que derrama el vaso en un ministerio que parece estar pintado en la pared.

¿Qué clase de mensaje se les da a los peruanos con estos cambios y prioridades en el gobierno, pese a que en el discurso presidencial la palabra inclusión fue resaltada muchas veces? Pues tenemos un doble mensaje. Aquel que el Presidente parece enunciar para la tribuna esperando el aplauso fácil  y el otro que es el que verdaderamente gobierna el Perú.

¿Qué hará la nueva ministra con esta papa caliente?

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