Mensaje de Humala: ¿“cambio” o más de lo mismo?

El primer mensaje del presidente Ollanta Humala dirigido a los peruanos ha sido calificado por la mayoría de analistas como positivo por su espíritu conciliador, con el cual, el presidente quiso tender puentes con la oposición.

Discuso HumalaEl primer mensaje del presidente Ollanta Humala dirigido a los peruanos ha sido calificado por la mayoría de analistas como positivo por su espíritu conciliador, con el cual, el presidente quiso tender puentes con la oposición. Sin embargo, para otros analistas, este discurso convocante dejó fuera al fujimorismo, rayando la cancha entre los valores democráticos encarnados por la Constitución de 1979 y el oprobio reflejado en la Constitución de 1993. En este punto, el presidente Humala ha querido marcar una clara diferencia con los ex presidentes Alejandro Toledo y Alan García.
¿Este primer mensaje ha significado el primer paso hacia el “cambio” prometido durante la campaña electoral? Más allá de las primeras medidas de inclusión social, ¿qué implica este “cambio”?
En su primer mensaje a la nación, el presidente Humala mencionó una frase clave: “todo cambio, para que sea sostenible, tiene que ser gradual y racional”. Es decir, los cambios y ajustes que el Perú necesita para desarrollarse se realizarán sin presiones desestabilizadoras e incluyendo a todos los peruanos. En esa medida, por ejemplo, el aumento del salario mínimo, de 600 a 750 soles, no se dará de porrazo, sino de forma gradual, 75 soles en agosto y los otros 75 el próximo año. Asimismo, el programa Pensión 65, la pensión solidaria para los adultos mayores que no la tienen, se irá extendiendo progresivamente a los 800 distritos más pobres del país.
¿Se puede construir el “cambio” enfatizando lo social y manteniendo el mismo manejo económico? No. El presidente Humala ha reiterado la necesidad de un manejo distinto del gobierno, que se expresará en el fomento de una “economía nacional de mercado abierta al mundo” y en una nueva forma de explotar nuestros recursos naturales, basado en un reordenamiento territorial y respetando a las poblaciones. Asimismo, se propone una mayor presencia del Estado en algunas actividades estratégicas y un mayor peso del mismo para brindar mejores servicios en salud, seguridad ciudadana, educación y trabajo.
No obstante, este primer mensaje ha tenido algunos vacíos. La lucha contra la corrupción, por ejemplo, se redujo a un conjunto de medidas necesarias pero puntuales, los cuales sin una reforma del sistema de servicio público podrían caer en saco roto. Asimismo, no se mencionó la necesidad de promulgar la Ley de consulta previa de los pueblos indígenas, norma indispensable para resolver un centenar de conflictos sociales que están en agenda. Además, en el discurso presidencial faltaron metas concretas que reflejen a qué país aspiramos de aquí a cinco años.
Por último, en este país donde los discursos presidenciales terminan siendo meros discursos, esperamos que el primer mensaje del presidente Ollanta Humala marque un hito, no porque haya sido un gran discurso, sino porque realmente cumpla las promesas mencionadas.

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