Los siete pecados capitales de la lucha contra el narcotráfico en el Perú

Por: 

Ricardo Soberón

Recientemente, recibimos una invitación de IPAE para participar de una Mesa Redonda con otros especialistas para responder a esta compleja pregunta, de cara al próximo CADE 2019. Participaron actores, especialistas, ex autoridades y empresarios, en una interesante reunión donde esbozamos algunas ideas centrales sobre el tema: 

1.  Entender que es un problema global, cuando solo somos solo una parte: los gobiernos asumen que el Perú puede resolver un problema de naturaleza global, es decir el mercado internacional de cocaína. Es un tremendo error de apreciación, pues está claramente establecido el predominio de la demanda, que es la que define la oferta, y no a la inversa.

2.  Falta de voluntad política y profunda debilidad institucional: los últimos gobiernos democráticos, no han pasado del discurso mediático, y no han tenido la voluntad para ser coherentes. Han preferido mantener los criterios y vectores de una política pública, ineficaz, formal, carente de autonomía sobre cuáles son las prioridades del país. 

3.  Dependencia política de la cooperación internacional: la propia creación de CONTRADROGAS en 1996, que posteriormente paso a denominarse DEVIDA, obedece al interés de los EE.UU de tener una contraparte confiable y funcional a sus fines.  Esto ha implicado una seria debilidad institucional para ejercer una efectiva rectoría tanto a nivel del resto de sectores, como en los respectivos niveles de gobierno. Así, durante mucho tiempo, hemos dependido de los recursos provenientes de la cooperación norteamericana y europea, incluso en los períodos en los que el Perú empezó a utilizar recursos propios.

4.  Ausencia de información confiable: el país carece de la capacidad de establecer líneas de base concretas y realistas respecto de los distintos segmentos del problema: producción, productividad, consumo, insumos, entre otros. En la actualidad, el denominado Observatorio sobre Drogas no es sino una congeladora para funcionarios que no pueden ser retirados y que son reagrupados en esta dependencia.

5.  Carencia de capacidad de articulación: aparte de carecer de asiento en el consejo de ministros, lo cual elimina toda posibilidad de tener incidencia efectiva en el gabinete y la toma de decisiones. Además desde hace buenos años, DEVIDA ha venido perdiendo facultades y atribuciones.

6.  Falta de monitoreo y evaluación: a pesar de los importantes recursos propios y ajenos que maneja desde su fundación, DEVIDA carece de mecanismos permanentes y efectivos de supervisión, seguimiento, monitoreo y evaluación sobre el impacto en la asignación de recursos.

7.  Potenciales hechos de corrupción en su manejo: nos encontramos en proceso de acopio, análisis y corroboración de posibles hechos irregulares ocurridos en las últimas gestiones, con fondos que habrían sido indebidamente dirigidos a organismos privados en donde los funcionarios de cada gestión, habrían tenido intereses particulares.

Es necesario tomar en cuenta estos siete problemas, darles seguimiento y producir cambios de fondo en la política peruana. Es una urgencia clarísima, a la luz de la dinámica del problema del narcotráfico y sus impactos sobre la democracia y sociedad peruanas.

Publicado en Noticias Ser

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