La salida de Campodónico. ¿Se vienen cambios en la política energética?

En las últimas semanas los rumores sobre la renuncia de Humberto Campodónico habían sido insistentes. A fines de diciembre se afirmaba que su carta de renuncia estaba ya sobre el escritorio del Presidente Humala. El último miércoles se confirmó la salida de Campodónico y el ingreso de Héctor Reyes a la presidencia de la empresa pública.

Durante la campaña electoral el hoy Presidente Humala se había comprometido en una nueva política energética para el país. La Gran Transformación buscaba una política energética soberana, con un énfasis en el cambio de la matriz y una recuperación de los recursos que la hicieran posible. Se trataba de un retorno del Estado al sector energía, la recuperación de los recursos, el desarrollo de zonas del país relegadas hasta ahora por el sector privado y el desarrollo de una política que asegurara la soberanía energética y la industrialización del país.

Dentro de este marco general es que la empresa estatal Petroperú estaba llamada a desarrollar un nuevo rol en el sector energético peruano. Desde el inicio de la gestión de Campodónico se dejó en claro que la empresa pública regresaría a todas las fases del negocio de la energía. Esto significaba el regreso a la exploración, explotación, refinamiento y comercialización del negocio petrolero. Para ello el mecanismo elegido fueron las alianzas público-privadas.

Sin embargo, el abandono de La Gran Transformación se expresó también en el sector energético. Petroperú se vio restringida en la práctica al proyecto de modernización de la refinería de Talara. Durante el último año, la gestión de Campodónico estuvo afinando la propuesta económica para la modernización de la mencionada planta. Simultáneamente, los espacios de Campodónico se redujeron. Pese a que los ministros de energía y economía públicamente se pronunciaron a favor de dicho proyecto, en la práctica este no avanzó más. El MEF viene postergando hace meses la aprobación de la escala salarial de la empresa pública impidiendo la contratación de técnicos de primer nivel. Asimismo, este ministerio no le ha devuelto a Petroperú más de 200 millones de soles como producto de las exenciones tributarias en sus operaciones en la selva peruana. El boicot a la gestión progresista que encarnaba Campodónico estaba clara, así como también su suerte.

La gestión de Campodónico deja un conjunto de hitos importantes en la reactivación de la empresa petrolera de todos los peruanos. Durante los 18 meses que duró la gestión de Campodónico la empresa pública mejoró su gestión administrativa y financiera obteniendo múltiples reconocimientos de agencias calificadoras extranjeras. Asimismo, concluyó los estudios para la repotenciación de la refinería de Talara. Por otro lado, Petroperú fue incluida dentro del Índice de Buen Gobierno Corporativo, paso necesario para su listado en la Bolsa de Valores de Lima. Finalmente, se crearon las condiciones para el regreso de la empresa a la exploración y explotación petrolera.

Desde Otra Mirada esperamos que este cambio en el directorio de la principal empresa del país sea un momento para reafirmar las políticas energéticas que el gobierno de Humala levantó a su llegada al poder y no sea más bien una oportunidad para arriar las banderas de la gran Transformación y levantar las del neoliberalismo que el país negó en las urnas.

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