La representación de los peruanos que viven en el exterior*

Por: 

Alberto Adrianzén M.

Con el anuncio de la creación de un nuevo distrito electoral para darles a los peruanos que viven en el exterior una representación parlamentaria, ha comenzado un debate a todas luces necesario. Sin embargo, este debate cruza varios planos. Para unos la creación de este nuevo distrito no es necesaria ya que se aumentaría el número de parlamentarios. Para otros, no sólo es necesario, sino también urgente. Otro debate, si se crea este distrito, es el número de representantes a otorgar. Un sector afirma que con uno basta, mientras que otro señala que el número podría llegar a cinco. Lo que significaría, si es que no se le quiere quitar congresistas a Lima –puesto que una parte de ellos son elegidos por los peruanos que viven en el exterior-, proceder a ampliar el número de parlamentarios. Ello implicaría una reforma constitucional.

Antes de responder a estas cuestiones es importante brindar algunos datos que consideramos necesarios. En la actualidad viven más de tres millones de peruanos en el exterior, es decir el 10% de la población. De ese número, un poco más de 700 mil, como sucedió en estas últimas elecciones presidenciales, votan. Este número de electores es casi similar al que tiene hoy Cajamarca, por ejemplo, y mayor a los votantes de Puno o Ancash. En Cajamarca se eligen seis representantes y en Puno cinco. Sólo los departamentos (o regiones) de Lima, Arequipa, La Libertad y Piura tienen más electores que aquellos que votan en el exterior. Ello es un indicador, bastante significativo por cierto, de la importancia electoral de estos peruanos.

El argumento que afirma que no vale la pena aumentar el número representantes por el bajo índice de aprobación del Congreso, además de expresar un cierto espíritu antiparlamentario que se fundamenta, con cierta razón, en el desprestigio de los  congresistas, es prejuiciosa ya que no toma en cuenta otros datos que son importantes. El número electores, como hemos explicado líneas arriba, es uno de ellos. El otro es el aporte económico que hacen los peruanos que viven en el exterior.

Según datos recientes, las remesas que enviaron estos peruanos a sus familiares el año pasado (2011) fue de poco más de dos mil seiscientos mil millones dólares. En el año 2010, la cifra excedió los dos mil quinientos millones de dólares. Es interesante señalar que la cantidad de remesas en lugar de disminuir, aumentó, pese a la crisis que hoy se vive en Europa y EEUU.

Ahora bien, si se comparan las remesas que se envían con el gasto social que hace el gobierno destinado a los programas “Beca 18”, “Pensión 65”, “Cuna Más” y “Juntos”, veremos que estas son casi cinco veces más la suma de dinero que se gasta en los mismos. Según datos recientes, el costo de estos cuatro programas llegaría a US$ 553 millones de dólares. Esto demuestra que el aporte de los peruanos que viven en el exterior no sólo es importante si medimos dicha importancia en función del dinero, sino también una herramienta fundamental de lucha contra la pobreza, más aun si se mide la pobreza por el gasto (o ingreso) monetario. Lamentablemente, hasta el momento no hay un estudio que dé cuenta de este aporte y su impacto respecto de la lucha contra la pobreza y también contra el desempleo.

Por otro lado, es un error creer que la emigración de peruanos es un asunto pasajero. En las dos últimas décadas las cifras aumentaron. Según datos del INEI, en 1990 salieron del país 46,596 peruanos; en 1999 la cifra bajó a 45,428. Sin embargo, en la década pasada las salidas al exterior de peruanos se incrementaron notablemente: en el año 2005 salieron 165,877; en el 2007 fueron 225,459; en el 2009, un total de  249,491 y el año pasado, el número de peruanos que salió del país fue 272,000. Se puede decir que en este país, curiosamente, mientras más crecemos más nos vamos. Interesa señalar que lo más probable es que el número de peruanos en el exterior se incremente en el futuro.

Las razones no sólo son internas, como pueden ser los bajos salarios y las pésimas condiciones laborales (por lo general los que se van provienen de lo que podemos llamar clases populares), sino también externas: el proceso de globalización y el tipo de desarrollo que tienen hoy los países más prósperos son factores que empujan a la salida de peruanos al exterior. En consecuencia, podemos afirmar que estamos frente a un nuevo (en realidad, viejo) fenómeno social que, en lugar de disminuir, aumentará en los próximos años.

Por último, en este proceso migratorio están involucrados la casi totalidad de familias peruanas. Es muy raro encontrar una familia que no tenga a alguien que esté viviendo en el exterior. Por lo general, los peruanos tienen un familiar cercano que vive en otro país. Se afirma que sólo en tres distritos del país el fenómeno migratorio hacia el exterior está ausente.

Por ello es importante darles a los peruanos que viven en el exterior una representación parlamentaria. Ello ayudará a mejorar sus condiciones de vida, a ser escuchados por el Estado, a canalizar mejor el aporte económico, social y cultural que hacen desde otros países pero, sobre todo, a instalarse en mejores términos en los países y sociedades donde han decidido vivir y buscar mejores horizontes. En otros países, como Ecuador, esta representación existe y funciona.

Finalmente, el número importa. Como hemos señalado líneas arriba, las propuestas van de uno a cinco. Uno, como se dice, es ninguno. La representación que mejor se aproxima a la realidad es de cinco. Por eso, otorgarles una representación parlamentaria a nuestros compatriotas que viven fuera del país, además de ser democrático, nos hace parte de las corrientes más modernas en esta materia. Es mirar el futuro.

(*) Columnista Invitado: Alberto Adrianzén M. - Parlamentario Andino     

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