Descifrando la pobreza

En el reciente informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), se muestra una disminución de la pobreza desde un 25,8% a un 23,9% del total de peruanos..

En el reciente informe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), se muestra una disminución de la pobreza desde un 25,8% a un 23,9% del total de peruanos. El gobierno presenta esto como una señal de que el Perú sigue su camino al desarrollo y  la inclusión. Sin embargo, hay ciertas dudas que surgen una vez que se analiza el trasfondo de esas cifras.

Hace unos días, el ex presidente Alan García salió a criticar al gobierno alegando que la pobreza en sus primeros años de gobierno se redujo en mayor proporción de lo que se viene haciendo en el de Humala. Además, señala que, a diferencia del marco general, hay 8 regiones que presentaron un aumento de sus niveles de pobreza. Nosotros creemos que incluso estas críticas en aras de un autoensalzamiento son muy simples respecto a la realidad.

Para empezar, el INEI usa una “línea de pobreza” la cual es un monto monetario que le permitirá a una persona adquirir una canasta con insumos básicos para sobrevivir adecuadamente por un mes. El promedio para el país se encuentra en S/.292 mensuales lo que a todas luces es insuficiente para las actividades que una persona requiere hacer. La lucha por aumentar la Remuneración Mínima Vital, la cual actualmente es 2.5 veces mayor que la línea de pobreza, es una clara muestra de que hay problemas de concepción en este estudio.

El economista de la Universidad del Pacífico Enrique Vásquez ha desarrollado recientemente un estudio de la pobreza peruana desde un enfoque multidimensional. Para ello, incluyó en sus mediciones otros indicadores además de la monetaria que usa el INEI. Entre estas se encuentran la capacidad de acceso a la educación y a la salud que tiene la familia, el déficit calórico, y la infraestructura de vivienda básica como acceso a luz, agua y desagüe, etc. Esta es una medida más exacta ya que no basta con que una familia tenga la capacidad de gasto para comprar cosas básicas, pues hay que considerar si además es capaz de acceder y ofrecer una mejor calidad de vida en todo sentido.

Según este estudio, en el año 2012, mientras que el INEI mostraba un nivel de pobreza estimado en 25,8% del total de la población, el enfoque multidimensional mostraba que la pobreza afectaba al 36,6% de los peruanos. Esto demuestra que hay un grupo de pobres equivalente a 3’280,000 de personas aproximadamente que el Estado no consideraba como tales y, por lo tanto, no los incluía en sus planes de reducción de pobreza. Si nos enfocamos en el estudio de la pobreza multidimensional visto líneas arriba, nos daremos cuenta que la pobreza no se redujo de manera adecuada ni considerable tampoco en el gobierno de García pues desde el 2007 al 2011 sólo habría caído en 4,68 puntos porcentuales.

El gobierno dice tener interés en usar este nuevo enfoque de medición de la pobreza pues le permitirá reorientar de manera más eficiente sus políticas sociales y de inversiones para lograr una mayor inclusión dándoles a todos los peruanos las mismas oportunidades. Para ello, sería recomendable que el ministro Castilla empiece a modificar su manejo de la economía, de tal forma que los pobres no sólo tengan lo que les haga falta a manera de ayuda asistencial o subsidios, sino que también puedan ser capaces de ellos mismos salir adelante con empleos donde se aproveche su productividad.

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