¿Disminuyen los conflictos sociales?

Según los últimos reportes de conflictos sociales de la Defensoría del Pueblo, la frecuencia de conflictos estaría disminuyendo.

Si analizamos con detenimiento las cifras de la Defensoría, se observa que, de octubre de 2009 a febrero de 2010, el número de conflictos disminuye. De esta cifra cabe señalar que, si bien también disminuye la cifra de conflictos activos, los conflictos en estado latente aumentan. ¿De qué situación estamos hablando.
Dinámica de los conflictos sociales
Según la Defensoría del Pueblo, la diferencia entre un conflicto activo y un conflicto latente es que el primero se caracteriza por expresarse en reclamaciones públicas o medidas de fuerza mientras que el segundo se presenta como aparentemente inactivo porque no existen estos elementos. ¿Qué explica este “bajón” en el número de conflictos activos? Es posible que siendo este un año electoral, los representantes de los frentes y movimientos sociales, presentándose como candidatos o no, busquen incidir en los procesos electorales municipales y regionales con el fin de resolver sus demandas. Esto no quiere decir que estos conflictos se resuelvan, sino que se buscan nuevas formas de canalizar las demandas sociales mediante la participación democrática. 
Número de conflictos

Fuente: Defensoría del Pueblo – reporte 72 (febrero 2010)
 
Por otro lado, es interesante observar que si bien durante 2008 se resolvieron 19 conflictos sociales en 2009 se solucionaron 42, esto es, 54,7% más que el año anterior. ¿Qué ha pasado aquí? Es importante resaltar que el mecanismo que permitió la resolución de estos conflictos ha sido la suscripción de actas de entendimiento o conciliación entre las partes. De esta manera, el diálogo se presenta como el principal vehículo para encauzar las diferencias. 
Un aspecto que llama la atención es que, de octubre 2009 a febrero de 2010, la Defensoría del Pueblo retirara 43 conflictos latentes de su registro porque “no cuentan con algún acontecimiento relevante en por lo menos un año de monitoreo”. Para el especialista en conflictos sociales, José de Echave¹, estos conflictos latentes, a pesar de su aparente calma e inactividad, deberían seguir siendo monitoreados. 
Momento de actuar y buscar soluciones 
Por todo esto, el actual periodo electoral debería servir para que los más de cien conflictos activos reportados por la Defensoría sean puestos en la agenda política regional y nacional. Asimismo, el “efecto post Bagua” podría estar marcado un antes y un después en la dinámica de los conflictos, por lo que tanto el Estado como la representación indígena tendrían que buscar nuevos vasos comunicantes para llegar a consensos. 
Finalmente, en la actualidad existen conflictos activos que, por su dimensión y porque involucran importantes proyectos de inversión, deberían determinar la agenda del gobierno. Nos referimos a los conflictos generados por la construcción de la hidroéctrica de Inambari, la ejecución del proyecto minero Tía María, la realización del proyecto Majes Siguas Etapa II y el todavía activo conflicto amazónico. El actual gobierno debe aprender a “gobernar” estos conflictos para no permitir que desemboquen en hechos violentos que todos condenamos.
 

 ¹ Entrevista concedida a Otra Mirada

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