Bicentenario con aumento del empleo precario

Por: 

Alejandra Dinegro M.

Durante el año 2020 se incrementó la pobreza en un 30%. El 92% de los pobres en nuestro país, están en situación de empleo informal. No obstante, la informalidad ha aumentado de 72.7% a 77.3% del 2019 a nivel nacional, si comparamos el primer trimestre de los años 2019 y 2021. Esto, en parte, produce una precarización del empleo que se expresa en 2.9 millones de personas que han dejado de tener un empleo adecuado y, por lo tanto, ganan menos, están auto empleados, tienen pocos accesos a beneficios y derechos laborales. Lo que acrecienta aún más las desigualdades existentes. 

Sin embargo, el balance oficialista de nuestra economía augura un escenario en el que la crisis sanitaria y económica hubiera sido superada. Sin embargo, en el balance del sector economía vamos a encontrar algunas contradicciones con otras instituciones estatales como el BCR.

El BCR nos habla de una recesión en el 2020 y la sitúa dentro de la lista de las más duras en nuestro país. La peculiaridad actual es que, en el reciente Informe publicado, se precisa que el avance de la economía en el Perú es beneficiado por el favorable panorama internacional: subida el precio de los minerales como el cobre, por ejemplo. Sin embargo, desde febrero del presente año la curva de crecimiento se ha estancado y, según expectativas del BCR, la recuperación será menor en el segundo y tercer trimestre del año por la incertidumbre electoral y por como actúe la variable Covid-19. 

Por su lado el MEF, nos muestra un panorama que peca de optimismo y basa gran parte de su argumentación en el incremento del PBI y de indicadores macroeconómicos, centrándose en ellos como si fuera el fin en sí mismo. En términos de PBI hemos recuperado el nivel de actividad que teníamos antes de la recesión del Covid 19. Sin embargo, de acuerdo al INEI y el BCR, ese balance sería erróneo pues la recesión no se ha superado en los términos optimistas del MEF. 

Si seguimos la línea de los resultados del ranking del Índice Global de Competitividad del año 2019 del Foro Económico Mundial (WEF) vamos a notar que no todo se reduce a indicadores macroeconómicos.  De los 12 pilares analizados, el Perú había retrocedido en 8 de ellas como la competitividad. Y tan solo en las categorías de salud y habilidades no retrocedió.
 
Y aquí es donde quiero explayarme con relación al pilar del mercado laboral y la versión oficialista que omite los fenómenos que vienen sucediendo y que, si no los atendemos con la seriedad debida, podrían terminar por convertirse en un gran problema para el gobierno entrante. 

De acuerdo a la ENAHO, la PEA ocupada a nivel nacional tuvo una fuerte caída en el segundo trimestre del año 2020 (-35%) y para el primer trimestre del 2021, tendríamos un nivel de empleo a nivel nacional que básicamente es muy similar al que teníamos en el 2019 (-3.4%).

Sin embargo, los datos de Lima dicen que no estamos -3.4 % por debajo, sino que estamos 30% por debajo. La versión del BCR dice que el empleo en la recesión del COVID 19, apenas en un 8.5% durante el segundo trimestre del 2020. 

Entonces si revisamos los datos del INEI, vamos a encontrar que esa caracterización del empleo es antojadiza y podría confundirnos sobre la dimensión del problema. De acuerdo al último informe de empleo en Lima durante el trimestre marzo-abril-mayo de este año, los adecuadamente empleados representan a 2 millones 195,9. Estamos hablando de trabajadores que no son precarios, que trabajan 8 horas al día, que ganan un salario mínimo o superior y que pueden acceder a derechos y beneficios laborales. En ese mismo rango de tiempo, en el año 2019 había 3 millones 120, 3 trabajadores adecuadamente empleados, entonces la caída de los empleos adecuados es de 29,6%.

El otro punto es que el subempleo o trabajadores precarios. En el mismo trimestre, el INEI reportaba en el 2019 a 1 millón 747,2 en esa condición y en el 2021 reporta a 2 millones 213,2 trabajadores en situación de subempleo. Entonces la cifra de ocupados, tan solo para Lima, es la combinación de la caída de los empleos adecuados y el aumento de 466 mil de trabajadores subempleados. 

Así mismo, otro factor que se ha agudizado son los niveles de desempleo que en las últimas décadas no había sido tan dramático como ahora. Esta caída del empleo, que también es de todo tipo (que afecta al sector formal, informal, en empresas chicas y grandes, por ejemplo) viene afectando en gran medida al sector servicios y al área urbana. Donde la pérdida de empleos es de 1 millón 295,1 puestos de trabajo. En el ámbito rural no hubo mayor efecto.

A nivel nacional, hubo un incremento en la tasa de desempleo entre periodos pre pandemia y la actual situación, al pasar del 5% (en el 2019) al 7.5% (en el 2021) y el incremento más importante se dio a nivel urbano, donde se pasó a tener una tasa de desempleo del 6,4% hasta el 9,5% hacia marzo de este año. A esa cifra y a esta situación habría que contemplar la situación de las personas en situación de inactividad laboral, que no solo están desempleadas, sino que no buscan empleo por diversos motivos como sanitarios, enfermedad, accidentes, desmotivación, trabajo doméstico, entre otros. 

A esta situación se le agrega la caída en el nivel de ingreso promedio de los trabajadores: en el ámbito urbano hubo una reducción de alrededor del 18%. El ingreso mensual promedio pasó de los 1,580 soles a los los 1,530. Si lo disgregamos en términos de brechas Desde abril del 2020 hasta marzo del presente, el INEI observó que el ingreso promedio de las mujeres fue de S/1.112, mientras que el de los varones fue de S/ 1.427, lo cual refleja que existe una brecha de género salarial de S/ 315,5 menos con respecto a las mujeres. 

Como mencionamos al inicio, durante la pandemia del Covid-19 la pobreza ha ocasionado que 3 millones 330 mil personas más, caigan en pobreza, respecto al año 2019. Esto significa que el Perú ha retrocedido 10 años en la lucha contra la pobreza. Del restante 70% de la población, un 36% de ellos tiene altas probabilidades de caer en pobreza ante ciclos de crisis. Según ENAHO-2020.

Entonces, esa es la situación actual. Hay muchas preguntas que deberían responderse como, por ejemplo, saber si el próximo gobierno considerará una nueva inyección de dinero en términos del programa Reactiva Perú, que vaya acompañado de bonos universales o segmentados y por supuesto, mejorar las condiciones laborales de los profesionales de la salud (a todo nivel) para mantener el ritmo de vacunación e incluso superarla. 

Debemos recuperar los 2 millones 900 puestos de empleos adecuados perdidos en las áreas urbanas de nuestro país y para eso se requiere de fuertes estímulos monetarios y fiscales para poder, tan solo, retornar a los niveles de empleo adecuado en el 2019. El reto sigue siendo mayor.

Hay lecturas que, como he tratado de mostrar, son insostenibles y son estadísticamente refutables. El bicentenario nos obliga a encarar las grandes brechas de los trabajadores más vulnerables: mujeres, informales, jóvenes y sectores donde la tecnología mal aplicada ha significado la perdida de sus empleos. Gran reto.