Asesinando la Paz en Colombia

Por: 

Rebelión

Uno de los negociadores guerrilleros en la Habana, que había regresado a Colombia a explicar el desarrollo de las conversaciones, ha sido asesinado por el bombardeo ordenado por Santos a un campamento insurgente mientras estos dormían. Al parecer, a los sobrevivientes los remataron con tiros de gracia contraviniendo el derecho internacional humanitario, cosa que es frecuente en el ejército colombiano, por lo que en cualquier eventualidad tendría que responder por crímenes de guerra. Si por asesinar a un civil y vestirlo de guerrillero (más de 3mil casos de "falsos positivos" investigan en la fiscalía) se acumulan premios, ascensos, vacaciones.. poco cuesta imaginar cuántas prebendas recibirán los militares por los tres bombardeos sucesivos en Cauca y Chocó aprovechándose ventajosa y cobardemente de la tregua unilateral de la guerrilla anunciada hace 5 meses.

Jairo Martínez, de 63 años, presumiblemente fue seguido por el sofisticado y abundante aparataje del ejército, hasta el bombardeo cruel. Sin embargo, si los grupos guerrilleros siguieran en Colombia y se atrevieran a atentar contra cualquier integrante de la delegación del gobierno que llega hasta la Habana para negociar el grito universal de rechazo sería contundente.

El seguimiento a los negociadores, y a todos aquellos que han tenido roles de intermediación es y ha sido una constante también en las filas de la oligarquía colombiana. Dicen que Simón Trinidad estaba en Ecuador buscando mediación con la ONU , cuando fue secuestrado y deportado a Colombia que de inmediato lo entregó a Estados Unidos. Es un hecho que las llamadas satelitales a Raúl Reyes, por diplomáticos franceses, le sirvieron al espionaje colombiano para bombardearlo en territorio ecuatoriano. La senadora Piedad Córdoba, precisamente por realizar bien su labor de intermediación, fue destituida de su cargo, alegando el Procurador elementos de inteligencia militar en su espionaje, lo mismo que todas las personas, defensoras de ddhh, que se han atrevido a tratar de aminorar los efectos de la guerra o buscar espacios de diálogo para terminar con ella.

La única vez que Santos ha suspendido el actual proceso de conversaciones en la Habana.. fue en noviembre cuando el general Alzate "se metió" a la selva y fue detenido, en acto normal de guerra, por un grupo guerrillero.

Pero Alzate y sus acompañantes fueron devueltos sanos y salvos, en vez de mantenerlo como prisionero de guerra intercambiable, todo lo contrario del cruel accionar gubernamental, y de los más de 3 mil presos insurgentes en condiciones infrahumanas en las cárceles de Colombia, con una sangría permanente de muertes por desatención sanitaria.

Alzate fue destituido o "retirado" por el gobierno, no se sabe si por su "imprudencia" militar o por aparecer en video conversando demasiado amigablemente con el comandante guerrillero Pastor Alape.

Santos, un personaje que ya ha hecho historia de "camuflaje" por sus continuos cambios de alianzas, fue el ministro de defensa que bombardeó a Raúl Reyes, lo mismo que como presidente mostró su alboroto de cruel alegría con el bombardeo, persecución y asesinato de Alfonso Cano, cuando este sexagenario y medio ciego comandante andaba errante y absolutamente indefenso huyéndole a las bombas, y habría podido ser, vivo, un interlocutor valioso para cualquier negociación para la paz. Esa actitud de diablo de Santos tiene mucho de parecido con el Fujimori peruano que posaba junto a los cadáveres de los guerrilleros tupacamaristas abatidos, como si fueran trofeo de caza.

Fujimori ahora está preso por algunos de sus crímenes. ¿Tal vez por ello Santos esté imponiendo en las conversaciones de posible paz una autoimpunidad para sus muchas acciones criminales?

Publicado en Rebelión, 28 Mayo 2015

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