Aseguramiento universal: ¿Reforma de fondo?

En su último discurso por fiestas patrias, el presidente Alan García se refirió al recién lanzado Aseguramiento Universal en Salud (AUS) como la “segunda gran reforma de su gobierno” luego de la educación.

Pero, ¿realmente estaremos frente a una reforma de fondo del sistema de salud? Como lo mencionamos en nuestro encarte La democracia no goza de buena salud, con el AUS persiste el problema de la segregación, es decir, se mantiene el sistema tripartito (SIS para los más pobres, EsSalud para los trabajadores y sanidades para las fuerzas del orden) y no se otorga salud gratuita para todos los peruanos. Asimismo, ForoSalud hace nuevas precisiones que hacen inviable este AUS:
· ¿Es un programa sostenible? El AUS nace con un grave problema de sostenibilidad financiera. Según ForoSalud, se requeriría 3,360 millones de soles para atender a los 12 millones de asegurados que existen a través del Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS). Pero, el SIS solo contaría con alrededor de 508 millones de soles para realizar su trabajo. A esto, habría que sumarle que, en 2010, el presupuesto del gasto en salud bordearía el 5% del PBI, con lo que no se cumpliría la meta comprometida por el actual gobierno en el Acuerdo de Partidos Políticos en Salud, suscrito en febrero de 2006, donde se proponía llegar al 7% del PBI.
· ¿Cómo se daría el servicio? Según lo planteado por el AUS, se proyecta superar la nueva demanda de usuarios a través de las atenciones que brindarán EsSalud, las sanidades armadas y policiales y las clínicas privadas. Pero, como señala ForoSalud, para esta integración de funciones no se ha planteado un mecanismo que permita enfrentar las respectivas culturas y prácticas organizacionales de cada uno de estos prestadores de salud.
· Déficit infraestructura y escasez de personal. Una política de aplicación de acceso a salud debiera implicar también un mejoramiento de la infraestructura, equipamiento, médicos y otros profesionales. Actualmente, el MINSA reconoce una brecha de unos 9 mil millones de soles en infraestructura, a lo que habría que sumarle la falta de personal sanitario en todos los niveles de atención y la concentración de especialistas que se da en Lima, Trujillo y Arequipa. Asimismo, el equipamiento es precario en la mayoría de establecimientos y los medicamentos no siempre están garantizados.
· Persiste la desigualdad en la atención. El SIS brindará dos paquetes diferenciados de atenciones, lo cual generará no solo problemas administrativos sino también una mayor desigualdad en el servicio que cada usuario reciba. El primero de ellos es el Listado Priorizado de Intervenciones Sanitarias (LPIS), que beneficiará a los actuales asegurados; el segundo es el Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS) para los nuevos afiliados vía el AUS. En ambos casos, estamos hablando de un paquete de atenciones, es decir, una lista que contempla lo que te puede o no atender el seguro.
Finalmente, resulta inaceptable que el PEAS incluya solo a 3 regiones pobres (Huancavelica, Ayacucho, Apurímac) desde el año pasado y ahora siga Lima, y que se esté dejando de lado, por ejemplo, a Puno, Cusco, y la selva, otras zonas de pobreza y gran necesidad de salud.
Por todo lo señalado, esperamos que este gobierno tome en cuenta estas observaciones y las subsane, pues estamos hablando de un tema fundamental para nuestra democracia.
 
 

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