Actitud incendiaria del gobierno y paralización del diálogo con la Amazonía

Después de los lamentables sucesos ocurridos en Bagua el 05 de junio pasado, que dejaron como cifra trágica la muerte de 35 personas, entre policías y nativos, parece que el actual gobierno no ha aprendido la lección y persiste en su actitud desafiante frente a los acuerdos establecidos con los líderes amazónicos.

Hoy en día, no hay diálogo y los nativos amenazan con medidas radicales.

 “Esta vez no vamos a tomar las carreteras, pero vamos a cerrar nuestros territorios. Nuestro acuerdo es que no dejaremos que las instalaciones petroleras que están en nuestros territorios continúen realizando sus actividades. Las volveremos a tomar… con este nuevo gabinete se cortó el diálogo. No hemos conversado con ningún ministro de este gabinete” (Salomón Awananch, vocero oficial de Aidesep).

Recordemos que el gobierno se comprometió a dialogar con los pueblos amazónicos a través de mesas de trabajo¹, que si bien fueron instaladas con bombos y platillos, actualmente se encuentran paralizadas y sin sustento legal. Peor aún, la mesa encargada de investigar los hechos ocurridos en Bagua, hasta ahora, no tiene representante del gobierno.

Para el especialista en temas amazónicos Róger Rumrrill, es evidente la actitud incendiaria del gobierno frente al diálogo con los pueblos indígenas, ya que en lugar de promover y fortalecer estas mesas de trabajo, se han encargado de dar señales contrarias al diálogo. Por ejemplo, en ningún momento, en el discurso del actual premier Javier Velásquez Quesquén ante el Congreso, se mencionó algo a favor de estas mesas de trabajo. Además, recordemos la presentación del actual Ministro de Justicia Aurelio Pastor ante la ONU, donde se encargó de provocar a los nativos culpándolos de todo lo ocurrido en Bagua.

Asimismo, no solo se mantiene la persecución a los líderes amazónicos, sino se busca empeorar la situación al reiniciar las subastas de los lotes petroleros de la Amazonía², en octubre y noviembre de este año, según lo anunció el Presidente de Petroperú Edgar Saba. 

¿Esperará el gobierno que se llegue a estos extremos para imponer el orden a sangre y fuego como sucedió en la Curva del Diablo? Esperemos que no. Por lo pronto urge lo siguiente:

1. Que el gobierno negocie con los dirigentes auténticos de los pueblos amazónicos, representados por Aidesep y desista de promover dirigencias paralelas y de perseguir a los líderes indígenas.

2. Que el gobierno proponga a su(s) representante(s) en la mesa de investigaciones sobre los sucesos de Bagua ocurridos en junio.

3. Que el gobierno establezca una agenda sobre los temas de fondo relativos a las concesiones de explotación de los recursos naturales.

¹ Estas mesas tenían objetivos específicos: la primera mesa debía analizar el Convenio 169 de la OIT; la segunda mesa, examinar los cuestionados decretos legislativos emitidos por el Ejecutivo en el 2007; la tercera, elaborar un plan de desarrollo para los pueblos indígenas de la Amazonía y la cuarta, investigar los hechos ocurridos en Bagua.

² Según Róger Rumrrill, de los 63 lotes petroleros firmados que se encuentran en la Amazonía, 24 lotes están superpuestos a territorios indígenas y áreas naturales protegidas por el Estado.

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