¿Ya se resolvió la crisis internacional?*

Por: 

José Oscátegui Arteta

Desde hace varios meses vienen ocurriendo reuniones político-económicas entre los países europeos y, luego de cada reunión, anuncian que ya se resolvió la crisis, pero, pocos días después, esta parece haber crecido. La última de estas reuniones fue la de Bruselas a fines de Junio, donde se abordó la crisis en España. Al término de ella se anunció que el problema había sido resuelto pues se avanzaría hacia un sometimiento de los bancos centrales de cada país a la dirección del Banco Central Europeo, que supervisaría directamente a la banca comercial.

Al día siguiente, los índices de las bolsas de valores del mundo subieron, pero a los pocos días volvieron a caer pues no se había resuelto la situación crítica de España: resultó que el Fondo de Estabilización Europeo (FEE) no podía ser usado para, directamente, recapitalizar a los bancos. Entonces, no se había avanzado nada en Bruselas.

En realidad, mientras, en el mejor de los casos, los acuerdos de Bruselas demorarían años en implementarse, la situación española requiere soluciones inmediatas. De la grave crisis griega se ha pasado a la aún más grave crisis española.

El conocido economista Nouriel Roubini anticipa que se está creando la “tormenta perfecta” para la economía mundial. Para él, esta consiste en: a) caída de la economía europea, b) debilitamiento mayor de la economía norteamericana, c) debilitamiento de los países emergentes (India y China, principalmente), d) guerra en el medio oriente. Los cuatro fenómenos siguen avanzando en la dirección anticipada por Roubini.

Consecuente con la evolución señalada, las principales transnacionales mineras están recortando su inversión a nivel mundial. El Financial Times informa que “empresas como BHP Billiton, Vale y Anglo American están recortando y podando sus inversiones, pues sus accionistas piden concentración de la inversión y disciplina en el gasto, para que se dediquen a sus activos más importantes…un experto señala que las empresas están considerando vender sus activos de segunda y tercera importancia para liberar capital y reducir carga administrativa”.        

Este recorte ya debe estar ocurriendo en Perú. No faltarán quienes atribuyan esta disminución de las inversiones mineras sólo a los conflictos en Espinar y Conga.

 

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