Hace unas semanas se publicaron los resultados de la encuesta de Poder, elaborada por Ipsos Apoyo y publicada por la revista Semana Económica. La ficha técnica señala un universo y ámbito de funcionarios públicos, autoridades, políticos, intelectuales, empresarios, tecnócratas y personalidades en diferentes espacios. Se trata, finalmente de 169 encuestados entre el 1 y el 15 de agosto de este año.

Lo primero que habría que decir al respecto de este sondeo es que difícilmente puede ser considerada una “encuesta”. No se trata de una muestra abierta, significativa respecto de los encuestados, sino de una selección de personajes para que califiquen en función de sus opiniones subjetivas y sus conocimientos particulares, a los personajes más poderosos en el país. Entonces, ¿quiénes definen el poder?

Es cierto que los encuestados por Ipsos para elaborar la tabla de resultados busca los sentidos comunes entre aquellos que se encuentran vinculados de alguna manera al “poder” ya sea gubernamental, empresarial (muchas veces emparentados), periodístico en tanto son un poder fáctico y personalidades influyentes. Pero esta característica también evidencia de alguna manera que quienes definen el “poder” no son otros que el mismo contingente de personas vinculadas a los espacios de poder. En otras palabras, se busca que el ciudadano o ciudadana de a pie perciba el “poder”  a partir de las opiniones de estos líderes encuestados. Que sea el poder el que defina el poder.

No obstante, los resultados de la llamada encuesta de PODER revelan datos interesantes. En primer lugar, el empate entre el presidente Ollanta Humala y la primera dama Nadine Heredia, como los personajes más poderosos del Perú. A ellos, les sigue el ex ministro de Economía, Luis Miguel Castilla, reconocido hasta el día de su salida del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), por haber sido el ministro indispensable. Ahora, con Alonso Segura dirigiendo el rumbo de esta cartera se recompone la distribución de poder aunque se entiende que si bien Segura mantendrá la misma línea de su antecesor, será percibido con menor poder por parte de los encuestados. Asimismo, resulta importante el poder que se adjudica al expresidente Alan García quien mantiene fuerte influencia tanto en el espacio político (aún cuando la bancada aprista es muy pequeña), como en el poder judicial y en espacios mediáticos. Luego de él viene la figura oficialista que ha capitalizado mayor fuerza desde inicios de este gobierno: Ana Jara. Llama la atención también que entre los diez personajes considerados más poderosos, no se encuentra otro personaje vinculado al oficialismo.

Luego siguen Mario Vargas Llosa, intelectual que volvió a espacio en los medios de comunicación al manifestar que haría lo necesario porque no regrese el fujimorismo al poder en el Perú. Le siguen Dionisio Romero (empresario) y el cardenal Juan Luis Cipriani, quien siempre está presente entre los primeros lugares de esta encuesta, toda vez que la Iglesia sigue siendo influyente en la toma de decisiones en el país. Los tres últimos son Keiko Fujimori, virtual candidata del fujimorismo y que, durante la reciente campaña electoral regional, ha aprovechado el escenario para consolidar su partido político a diferencia de otros partidos políticos que han desaprovechado la oportunidad. A ella le siguen dos figuras vinculadas al ámbito del empresariado: Roque Benavides y Alfonso García-Miró.

Sin embargo, esta percepción es y hay que señalarlo, limitada y ello nos debería obligar a problematizar los resultados o tomarlos en cuenta no como un sondeo amplio, sino como la opinión de ciertos espacios. Finalmente, debería constituir una herramienta y no la única variable a considerar a la hora de definir el “poder” en nuestro país pues esa tarea no es ni debiera ser, sólo de unos cuantos.